Profundizar la protección social
Día mundial contra el trabajo infantil
La protección social es un derecho humano y está sólidamente
justificada desde el punto de vista económico y social. La protección
social permite el acceso a la educación, la salud y la nutrición, y
desempeña un papel fundamental en la lucha contra el trabajo infantil.
Este año, el Día mundial contra el trabajo infantil centra la atención
pública en el papel de la protección social para mantener a los niños
alejados del trabajo infantil o retirarlos del mismo. En 2013, en el
marco de la III Conferencia global sobre el trabajo infantil, celebrada
en Brasilia, la comunidad internacional adoptó la Declaración de
Brasilia, que pone de relieve la necesidad de trabajo decente para los
adultos, educación gratuita, obligatoria y de calidad para todos los
niños, y de protección social para todos. Haciéndose eco de esas
prioridades, el Día mundial de 2014 exhorta al establecimiento de:
- Medidas que permitan introducir, mejorar y ampliar la protección social, en consonancia con la Recomendación núm. 202 de la OIT sobre los pisos de protección social.
- Sistemas nacionales de seguridad social que tengan en cuenta las necesidades de los niños y ayuden a luchar contra el trabajo infantil.
- Una protección social que llegue a los grupos de niños especialmente vulnerables.
Acelerar el ritmo de los progresos
Las últimas Estimaciones mundiales de la OIT sobre el trabajo infantil,
publicadas en
septiembre de 2013, revelan que el número de niños en
situación de trabajo infantil ha disminuido en un tercio desde el año
2000, pasando de 246 a 168 millones. El número de niños en trabajos
peligrosos se sitúa en 85 millones, lo que representa una disminución
significativa respecto a los 171 millones de niños registrados en el año
2000. La mayor parte de este avance se logró entre 2008 y 2012, cuando
la estimación global del número de niños en trabajo infantil disminuyó
en 47 millones, pasando de 215 a 168 millones, y el número de niños en
trabajos peligrosos se redujo en 30 millones, pasando de 115 a 85
millones. A pesar de este progreso, no se logrará la meta fijada por la
comunidad internacional, como una prioridad en el marco de la lucha
global de erradicación del trabajo infantil, de eliminar sus peores
formas para 2016. Para tener alguna posibilidad de alcanzar esa meta en
breve plazo, tenemos que acelerar e intensificar nuestros esfuerzos
sustancialmente.
Acelerar el ritmo de los progresos exige medidas que aborden las causas fundamentales del trabajo infantil, y la protección social es un elemento clave de la respuesta. Al proteger a los niños y a sus familias, la protección social contribuye a dar a todos los niños las mismas oportunidades para desarrollar su potencial y tener una vida saludable, feliz y productiva.
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